viernes, 30 de mayo de 2014

EL ESPIRITU DE LA MONTAÑA Los poetas, héroes, volcanes y mineros en la historia de Alejandro Barrero Villanueva


La Paz, Noviembre de 2001     

     Siempre me llamaron la atención las fotos que tomé entre los años 1988-1990, cuando trabajaba en la construcción de la nueva planta de HORSU (Aguas Calientes frente a los volcanes Juriques y Licancahur en laguna Verde).

     Transcurrió una década y me encontraba trabajando en mi proyecto llamado “Cultura en el Espacio”, apoyado y motivado por la prensa y TV, era noviembre de 2001 y mi hermano Alejandro me visitaba en La Paz. Él trabajaba produciendo bórax en el Salar de Chalviri-Sur LÍpez, pasando prácticamente toda su vida en esos desiertos y salares con su espíritu empapado de estos espacios, entonces quien más que él para cuestionarlo con esta pregunta:

     “Alejito ¿Qué me puedes decir o explicación dar acerca de esta imagen (pág. 248-249) con rostro tan humano en muchas de las facciones del volcán Juriques, incluso hasta con el iris de los ojos, que junto al poema—Empiezo a Visitarme—de Guillermo Bedregal García–Valencia tan sugerente en lo que respecta a mi propia vida… y sumadas a esta otras imágenes que se asemejaban a calaveras, como son los huesos de todas las eras del planeta que perduran en la eternidad como un rastro o señal de nuestro paso por el cosmos?...”

     En ese preciso momento, Alejito cayó como piedra al piso completamente desvanecido Al instante se levanta como con resorte y con voz fuerte me dice: Yo soy el Espíritu de la montaña y se pone a escribir más rápido que una impresora láser el poema que hoy rememorando su memoria lo presentamos públicamente integrada al libro de su padre Alejandro.

     Jamás vi a nadie escribir con tanta creatividad y a tal velocidad un tema tan profundo...  ¡Fueron segundos! Desde que yo era niño me hacía creer historias fantásticas, y esta parecía ser una más de sus travesuras. Sin embargo nos quedó cierta duda acerca de quién fue el verdadero autor…  ¿fue ¿Alejandro Barrero Villanueva o fue el Espíritu de la Montaña? Lo que sí cabe decir… ¡Es que ambos lo fueron!

Alfonso Barrero Villanueva


EL ESPÍRITU DE LA MONTAÑA  
¿te preguntaras quién soy?

Yo soy el espíritu de las montañas yo soy el que no pasa en el tiempo finito de tu vida.
Yo soy el que siempre me veras cuando estés lejos del vulgar mundo colectivo y consumista de la ciudad moderna.
Yo soy tu alma a la que llegaras cuando te des cuenta que la vida no es más que un sueño pasajero.  No tengo boca ni río pero llegaras al eterno descanso mío cuando tomes conciencia de tu vida pasajera me tocaras. Soy la sonrisa sin boca; soy el sufrimiento sin dolor; soy tu más allá, de tu realidad.  Que chistoso me parezco a ti, tengo ojos y nariz pero no boca para reír ni llorar, soy el Dios que vive en ti por hoy y en un segundo quizá no me veas pero existo.
Soy el polvo que existía antes de la creación del universo y seguiré existiendo después de el, soy más que tú, que él y que todo.
Soy la razón de la existencia, soy la sublimación del amor, del amor que no permite ni siquiera la felicidad ni el sufrimiento.
Soy la nada, la nada el absoluto, parezco orgulloso, pero eso soy ni humilde ni orgulloso, soy la fuerza incontrolable del destino; que te parece? No te quedes a mi lado morirás, llévame en tu corazón y serás fuerte, nada me toca ni lastima. ¿Por qué no tengo boca? 
Pertenezco a la frontera del subconsciente, no abra fuerza mortal que me pueda representar, quizá me encuentres antes de dejar la vida y la consciencia de la necesidad de vivir para llegar a mí  al no retorno, al punto donde termina la realidad del universo y todo, ese soy yo.   
 Alejandro Barrero Villanueva                     La Paz, noviembre 2001



BLOG: Cultura en el Espacio Valorizando la Historia  
https://alfonsobarrerovillanueva.blogspot.com/

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