La Paz, Noviembre de 2001
Siempre me llamaron la atención las fotos que tomé entre los años 1988-1990, cuando trabajaba en la construcción de la nueva planta de HORSU (Aguas Calientes frente a los volcanes Juriques y Licancahur en laguna Verde).
Siempre me llamaron la atención las fotos que tomé entre los años 1988-1990, cuando trabajaba en la construcción de la nueva planta de HORSU (Aguas Calientes frente a los volcanes Juriques y Licancahur en laguna Verde).
Transcurrió una década y me encontraba trabajando en mi proyecto llamado
“Cultura en el Espacio”, apoyado y motivado por la prensa y TV, era noviembre
de 2001 y mi hermano Alejandro me visitaba en La Paz. Él trabajaba produciendo
bórax en el Salar de Chalviri-Sur LÍpez, pasando prácticamente toda su vida en
esos desiertos y salares con su espíritu empapado de estos espacios, entonces quien
más que él para cuestionarlo con esta pregunta:
“Alejito ¿Qué
me puedes decir o explicación dar acerca de esta imagen (pág. 248-249) con
rostro tan humano en muchas de las facciones del volcán Juriques, incluso hasta
con el iris de los ojos, que junto al poema—Empiezo a Visitarme—de Guillermo Bedregal García–Valencia tan
sugerente en lo que respecta a mi propia vida… y sumadas a esta otras imágenes
que se asemejaban a calaveras, como son los huesos de todas las eras del
planeta que perduran en la eternidad como un rastro o señal de nuestro paso por
el cosmos?...”
En ese preciso
momento, Alejito cayó como piedra al piso completamente desvanecido Al instante
se levanta como con resorte y con voz fuerte me dice: Yo soy el Espíritu de la
montaña y se pone a escribir más rápido que una impresora láser el poema que
hoy rememorando su memoria lo presentamos públicamente integrada al libro de su
padre Alejandro.
Jamás vi a
nadie escribir con tanta creatividad y a tal velocidad un tema tan profundo... ¡Fueron segundos! Desde que yo era niño me hacía
creer historias fantásticas, y esta parecía ser una más de sus travesuras. Sin
embargo nos quedó cierta duda acerca de quién fue el verdadero autor… ¿fue ¿Alejandro Barrero Villanueva o fue el Espíritu
de la Montaña? Lo que sí cabe decir… ¡Es
que ambos lo fueron!
Alfonso Barrero Villanueva
EL ESPÍRITU DE LA MONTAÑA
¿te
preguntaras quién soy?
Yo soy el espíritu de las montañas yo soy el que no pasa en el tiempo finito de tu vida.
Yo soy el que siempre me veras cuando estés lejos del
vulgar mundo colectivo y consumista de la ciudad moderna.
Yo soy tu alma a la que llegaras cuando te des cuenta que
la vida no es más que un sueño pasajero. No tengo boca ni río pero llegaras al eterno
descanso mío cuando tomes conciencia de tu vida pasajera me tocaras.
Soy la sonrisa sin boca; soy el sufrimiento sin dolor; soy tu más allá, de tu
realidad. Que chistoso me parezco a ti,
tengo ojos y nariz pero no boca para reír ni llorar, soy el Dios que vive en ti
por hoy y en un segundo quizá no me veas pero existo.
Soy el polvo que existía antes de la creación del
universo y seguiré existiendo después de el, soy más que tú, que él y que todo.
Soy la razón de la existencia, soy la sublimación del
amor, del amor que no permite ni siquiera la felicidad ni el sufrimiento.
Soy la nada, la nada el absoluto, parezco orgulloso, pero
eso soy ni humilde ni orgulloso, soy la fuerza incontrolable del destino; que
te parece? No te quedes a mi lado morirás, llévame en tu corazón y serás
fuerte, nada me toca ni lastima. ¿Por qué no tengo boca?
Pertenezco a la frontera del subconsciente, no abra
fuerza mortal que me pueda representar, quizá me encuentres antes de dejar la
vida y la consciencia de la necesidad de vivir para llegar a mí al no
retorno, al punto donde termina la realidad del universo y todo, ese soy
yo.
Alejandro Barrero Villanueva
La Paz, noviembre 2001
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