miércoles, 10 de febrero de 2010

Antecedentes y Motivaciones



                       Volcanes y Mineros
Una de las Motivaciones Básicas que me llevaron a crear la fundación La Mina tiene que ver necesariamente con la obra desarrollada por Alejandro Barrero Delgado durante más de 1/2 siglo.
Quien con espíritu Pionero, inicio la apertura y penetración de caminos en la zona de Lípez. Fue el inicio de la conquista de nuestra Soberanía y del Desierto con sus riquezas abriendo caminos, descubriendo aguadas, incluso dando nombre a soberbias montañas “Nelly”, frente al volcán Licancabur y Laguna Verde. "Desde sus cumbres el cóndor avizor contempló a nuestros antepasados". Algo digno de hacer notar como el testimonio pionero que confirma la sacrificada exploración y prospección del trabajo realizado por él hace ya más de 60 años. Sentando con humildad soberanía. Posteriormente llego el Ejército de Bolivia, estableciendo su cuartel en este centro minero, Testimoniando esta aseveración, en las propias declaraciones del connotado geólogo ALFHELD, y a sus correspondientes mapas de la zona de Los Lípez, la cual era considerada como Inexplorada.            
Y se la conozca, recogiendo de forma testimonial esta historia y trascienda más allá de ellos, con la publicación del libro: Volcanes y Mineros, como reconocimiento a todos aquellos que compartieron con gran tesón y sacrificio un trabajo esforzado y mancomunado, desplegado en una de las zonas más inhóspitas del territorio nacional, creando nuevas fuentes de trabajo y de divisas para el estado, produciendo y refinando minerales (carbonato de Sodio, sulfato de cobre, bórax, azufre de la más alta pureza 99,5%).

       
Con el respaldo documentado realizado por organismos nacionales e internacionales: en la elaboración de los planos o cartas geográficas oficiales de la república de Bolivia realizada por el Instituto Geográfico Militar el año 1967. Por los informes de GEOBOL, Publicaciones diversas en revistas, recortes de prensa y Televisión. En seminarios y exposiciones públicas: Hotel Plaza (mayo de 1992), Galería de Arte Salar (octubre de 1998), podemos ver Imágenes fotográficas históricas. Como también por la visita oficial que hizo el ex presidente de la República Gral. René Barrientos Ortuño (el año 1965).
La Gran capacidad e iniciativa creadora del Ing. ALEJANDRO BARRERO DELGADO hizo que a sus 24 años Diseñe e Instale una Industria de productos Farmacéuticos “QUIMBOL BARRERO Y CIA” en La Paz/Bolivia el año 1942 (Inyectables entre los primeros del país). Posteriormente dio inicio a la creación de la Química Básica en Bolivia con los carbonatos de CACHILAGUNA en Nor Lípez – Potosí (1947)
Alfonso Barrero Villanueva   
octubre/1998 - octubre/2004 - abril/2007 - nov/2008 - enero/2010

martes, 9 de febrero de 2010

Testamento de Vida, de Ser y Despertar


A la edad de los 22 años conocí al hombre que llenaba todos los moldes por mi soñados, Alejandro Barrero Delgado y me case con él. Me enfrente a innumerables problemas, no me había casado con un hombre simple y corriente y mi vida tuvo que ajustarse al del hombre idealista, luchador, al conquistador del mundo pues el tenia la simiente del que no se conforma con una simple vida de hogar. Antes a los 22 años Profesional y llegado de Chile creo una Industria “Sulfato de Quinina” con el nombre de QUIMBOL, produciendo inyectables en el campo de la medicina por primera vez en la industria nacional para combatir el Paludismo, quebrando espectacularmente al finalizar la Segunda Guerra Mundial. No se desanimo ni desespero ante las calamidades, no se rendirá, vende los restos de su fabrica, y con todo lo que puede salvar parte hacia los Lípez…?
Alejandro Barrero Delgado, aunque de estatura baja, se agranda su figura y es de recia contextura, como barra de hierro con ese empuje y dinamismo llega a establecer con su trabajo la empresa HORSU, en las fronteras con Chile y Argentina. Siendo el vigía del suelo boliviano, soldado presto y efectivo del suelo patrio, sabe del sufrimiento del minero porque participa y vive junto a ellos para mantener esta empresa pionera y reconocida como la primera hacedora de la Industria Química Básica Boliviana, cuanto se ha luchado y cuanto todavía se tendrá que luchar!!!

 
Este es el tema a desarrollar, ante nosotros esta la responsabilidad de orquestar una gran empresa, es el momento crucial. Hijos, hemos de probar nuestra esencia, ante todas las calamidades, los malos entendidos que surgen como notas discordantes y es como en una orquesta antes de su debut. Nos encontramos en el entrenamiento y escogemos un cuarteto un concierto o una gran sinfonía?...
Cerro Nelly 
Para esto se necesita humildad ningún instrumento destacara: debemos fundirnos en un todo armónico, que no haya desafinamientos, que nos concienticemos del tema, que nuestras voces transmitan un mensaje, que serán enseñanzas eternas. No solamente la escritura, el arte las expresan. También todos los que trabajan honestamente dejaran algo hermoso en la tierra. Espero haber sido bien comprendida y que este trabajo de frutos futuros para el bien de la empresa y sea la llave que nos permita ser.


"TESTAMENTO DE VIDA, DE SER Y DESPERTAR A MIS HIJOS"
      Nelly Villanueva de Barrero      La Paz, Octubre / 1989

lunes, 8 de febrero de 2010

Acerca de la Obra


La historia de Alejandro Barrero Delgado contada por el mismo pretende ser una obra documental y testimonial que narre en la voz y la obra de uno de sus protagonistas parte de la historia de una de las regiones menos conocidas y más olvidadas de Bolivia: Los Lípez, en el extremo Sudoeste de la República de Bolivia. A la vez, sirva para descubrir al público la naturaleza severa y majestuosa de esa región.
Es testimonial por que recoge la historia de una de las voces de la narración precisamente, la del Ing. Alejandro Barrero. Quien ha empeñado más de sesenta años de su vida en sus afanes por aprovechar los recursos económicos de la región, brindando empleo y oportunidades a sus pobladores que no tenían, ni tienen otra alternativa que emigrar a otras tierras. Esta historia es ejemplar ya que demuestra que hasta en las condiciones más adversas y superando todos los obstáculos, con tesón y fortaleza, la voluntad humana puede construir, desarrollarse y crear. Afirmando cada día este hacer obra, con hechos y actitudes reales y concretos, con humildad y sabiduría. Son estos los valores que nos constituyen como seres humanos pero también como comunidades organizadas, como naciones y como pueblos.
Es ejemplar, a la vez, porque en un momento histórico donde la humanidad enfrenta graves problemas de superpoblación y desocupación, este crear empresa en uno de los lugares más inhóspitos del orbe que ha sido el norte en el derrotero de la vida del protagonista, es un aliciente a seguir creyendo que podemos encontrar las correcciones a dichos problemas si nos animamos a pensar y actuar de otra manera.
Es documental ya que no sólo se pretende mostrar la increíble y fascinante geografía de la región -es el desierto más alto del mundo- sino también por aspectos de su historia, de la vida y cultura de los habitantes que la moran desde hace más de 10.000 años como lo atestiguan los pictogramas hallados en el sitio llamado Laguna Colorada.
Es documental porque busca representar al lector toda la fuerza y toda la carga magnética que esa región desconocida para la mayoría atesora pero que está ahí para que la descubramos. A la vez, como marco, se pretende documentar el atractivo natural y cultural que la región posee y que, en la actualidad, la convierten en el principal imán turístico con que cuenta la República de Bolivia.
5 de marzo de 1999    Pablo Cingolani

La Tierra de las Lagartijas

El niño se entretenía capturando y juntando lagartijas de todos los colores y tamaños. Las perseguía detrás de las piedras donde vanamente trataban de ocultarse. Con cola o sin ella, él las atrapaba. Las había verdes con fosforescencias rojas y azulinas, bellísimas. Unas de del color del ámbar, casi transparentes. Otras, del color de la tierra, de piel áspera y curtida por el sol y el viento de los paramos. Todas eran maravillosas para él. Todas cabían en su caja donde las guardaba con cuidado y cariño. Eran su tesoro: él las quería casi tanto como a su padre al que acompañaba en uno de sus innumerables viajes por esas tierras áridas y desoladas. Esa tierra donde no se veía casi gente y donde no había árboles.

Ni un árbol siquiera. Iban en camión, traqueteando, y el niño, de tan solo once años, llevaba sobre sus rodillas su cajón de reptiles. De vez en cuando, los miraba para ver como se encontraban. Los bichos, inquietos como pocas especies del bestiario universal, se enroscaban unos con otros, se pisaban, se mordían, trataban de trepar las paredes de su hogar obligado. Él, atento y delicado, las mimaba más que a su juguete preferido. En realidad, las lagartijas eran su juguete preferido. Incluso, porque andando y descubriendo los desiertos no tenia otros. El viaje se estiraba y duraba días, semanas. El desierto era infinito.
Por más que quisieran ir más rápido, la arena se los impedía. Muchas personas acompañaban a su padre en la travesía. Hombres jóvenes y fuertes como su papa. Ellos sudaban y se agitaban como él cuando las movilidades se encajaban en el lodo o se plantaban en el arenal. Era la faena diaria. Iban tan despacio que las mujeres y los niños preferían ir a pie. A veces, siguiendo a los camiones. Otras veces, dejándolos detrás.
Caminaban hasta que a la noche, se armaba el campamento y semejaban gitanos. Aparecían ollas como de milagro que se llenaban de papa y de carnecita de llama. Espumaban las laguas. La brasa ardía. La gente reía y se entusiasmaba los primeros días. Siempre había sido así por esos lados. El desierto es el desierto. Las movilidades no entraban. Solo con llamas o con burros se había podido. Pero el ingeniero insistía. El ingeniero era terco. El ingeniero era su padre. Y él además de su padre, lo que más amaba estando allí eran sus benditas lagartijas. Hasta que un día, de tanto joder con las lagartijas, unos señores, los hombres jóvenes y fuertes como su papá, le dijeron a su padre que la culpa de todo la tenían ellas. Que por eso se habían plantado en el río Grande. Que ya era suficiente. Que las lagartijas- que los "jararankus", lo que se arrastra, en la lengua de ellos que eran aymarás- eran unos bichos de mal agüero.
Traían la mala suerte. Los perjudicaba. No tubo remedio, ni alternativa. Su padre le prometió una pelota de fútbol. No le importaba. Le prometió llevarlo al Beni donde le aseguro que había más lagartijas y más grandes que esas. No le importaba. Finalmente, le pidió, con gentileza y valor, que se desprendiese de ellas. Que los hombres estaban intranquilos e inseguros porque creían que las lagartijas eran la causa de todos los males y de todos los pesares. El niño entendió. Tomo su cajón y lo volcó, dejando que las lagartijas se desparramaran a su antojo. Vagarían hasta los confines del mundo. O, tan sólo, hasta la próxima piedra. No importaba. Eran libres de nuevo. El Alejito, que así se llamaba el niño, entendió de golpe muchas cosas. Que a los animales, incluso a los animalitos como sus lagartijas, mejor no encerrarlos.
Ni siquiera en su caja donde con su cariño los cuidaba. Y que si la gente de un lugar cree que las lagartijas causan problemas, pues, causan problemas. Ellos deben saber. Ellos saben. Por algo será. También supo de golpe a querer a esa tierra, la de esa gente, la de sus lagartijas. Eso también se lo enseño su papá.  El papá de Alejito se llama Alejandro Barrero. El tenía unas minas, allá en el sur, en un territorio llamado "Los Lípez". Que quedaba lejos, muy lejos, de la ciudad donde vivía con su madre y sus hermanos. Las minas son esos sitios donde, con paciencia y dura labor, los hombres pueden sacarle y recibir, si se lo merecen, un poco de la riqueza que guarda en sus entrañas la madre tierra. Con el tiempo, Alejito creció y se hizo minero. Como su padre. Fue lejos a estudiar pero volvió a esa tierra, la de esa gente, la de sus lagartijas, y ahora trabaja una boratera, una especie diferente de mina, en un lugar llamado "salar de Chalviri".
Cuando en la boratera, sobre la montaña llamada "Polques", cae el sol, el cielo se llena de colores audaces, que parecen vivos. El celaje, que es ese momento después que el sol se escapa del horizonte hasta el otro día y antes que sea de noche, se pinta de rojo, de naranja, de lila, de amarillo. Se pinta de todos los colores posibles y los que uno pueda imaginar. Entonces, viendo el espectáculo, sintiendo en su corazón tanta grandeza, el Alejito se acuerda de sus lagartijas. Y piensa que felices estarán en esa tierra. En su tierra. La tierra de las lagartijas. Como él también es feliz. Siendo lo que son: libres. Cada uno a su manera. El, minero. Ellas, lagartijas.

   Pablo Cingolani         Calama, 14 de noviembre de 1998

Historias de Sol y Azufre




Acciones dirigidas a reforzar la refundación del ex centro poblado minero de HORSU (Susana), que albergaron a más de 200 trabajadores y junto a sus familias conformaron una población cercana a los 1000 habitantes conviviendo entre construcciones confundidas con las plantas (molienda, flotación de concentrados, y de fundición), capaz de producir 2000 Ton./mes de azufre refinado, alcanzando con eficiencia y efectividad un producto con el más alto valor agregado 99,95% de pureza, cumpliendo con las exigencias de calidad para su exportación incluso al Asia; no obstante lo alejado del centro poblado más cercano: Uyuni a 500 Km. donde abastecerse de víveres, petróleo, repuestos, etc. Lo cual dificultaba la producción normal, debiéndosele agregar una tecnología que fuera apropiada con lo que se tenia a mano. Siendo este uno de sus mayores logros al haber alcanzado un producto con el más alto valor agregado.

Pero eso fue ayer, hoy son las señales más claras que nos muestran una imagen de lo que fue un importante espacio de vida de los que se fueron. Estas minas que constituyeron durante algún tiempo esa frágil red de pequeños poblados, esperan quien sabe por que fuerzas inconscientes de amor a su tierra, cambie su suerte al encuentro con su destino en que el hombre con su capacidad creadora (trabajo), vuelva a encontrar su sustento. Durante las ultimas décadas, por la falta de trabajo, se fue produciendo un éxodo masivo incluso desapareciendo poblaciones integras de las comunidades asentadas en esta región, hacia chile y argentina. En la actualidad, del sitio que nos ocupa como tema a desarrollar, solo nos queda la nostalgia, de lo que podría haber sido la meta de un trabajo duro y esforzado por más de 50 años. Muchos de estos sitios han sido desmantelados, abandonados y saqueados.


No existe conciencia ni criterio del valor histórico de sus construcciones que nos hablan de un hábitat y su forma de producción; este también es nuestro patrimonio y es nuestro deber preservarlo simplemente como un patrimonio vivo. Recientemente se inauguro la carretera asfaltada, llamada “Paso de Jama” (el cual se encuentra a no más de 15 Km. de distancia del campamento de la ex mina Susana en territorio Boliviano) y une las ciudades de Antofagasta en Chile con Salta y Jujuy en Argentina y esta a su vez se integra a la red vial de Paraguay, Brasil y del Uruguay. Concretándose en un corredor Bioceánico, de gran envergadura y por cierto de Mega- proyectos Económicos.

Alfonso Barrero Villanueva

Likankapur al Crepusculo

La eternidad congelada: por eso te conmueve la fotografía. El mundo es veloz, es atroz, es feroz: no importa. En la foto, lo sublime del mundo, la grandeza del mundo, lo milagroso del mundo está ahí para que te sumerjas aunque sea un momento. Otro momento, una cadena invisible pero fuerte de momentos: el momento en que alguien disparó la cámara, el momento en que tú abres los ojos y la ves. Y te deslumbra, te conmueve, te sacude, te arrasa como ésta foto: el Likankapur al crepúsculo.

No lo has visto todo, hermano. Todavía te faltaba ver esto: la serena mole del enigmático volcán en el desierto más alto del planeta cuando se acaba la mejor luz del día y la noche se va adueñando de todo. ¡Por Viracocha, qué energía! No has visto todo: por eso vale la pena la vida. Por verla, por recorrerla, por sentirla, por andarla, por olerla, por caminarla. En suma: por vivirla y nada más.
El Likankapur (Licancabur en los mapas) en el centro; a su izquierda: el Juriques. El Likankapur, con su belleza sin mengua, con su increíble simetría, es la montaña mágica del desierto más extraño del planeta. El coloso marca los límites: delante, se extiende el erial más cercano al cielo. Los Lípez, a 4500 metros de altura. Detrás, está Atacama, el territorio más seco del planeta. Delante, está Bolivia. Detrás, está Chile. Delante, aunque no la veamos, hay una lágrima derramada por alguna princesa, una laguna bautizada por el color de sus aguas: verde.
Un verde que cuando lo ves, entiendes que nunca has visto un verde así; que, como te decía, no has visto todo, que vale la pena vivir para ver un verde como el de esas aguas. Detrás, aunque no lo veamos, a la distancia donde está enterrándose el sol, está el océano, la Mama Kocha, la madre de todas las aguas, el Mar del Sur, el hogar de los muertos. Unir el desierto de los volcanes con el Pacífico es una experiencia irrepetible.
 
El Likankapur era el achachila mayor, el cerro tutelar de esa región que fue siempre un paso de una ruta que enlazaba otro de los corazones del continente. Del mítico país de cacería, del Chaco, a través de los valles y las punas, trajinando las arenas, hasta el mar. El Likankapur era un santuario. Bajo su sombra, se realizaban ceremonias de agradecimiento y licencia. Los vestigios así lo indican. Hoy es un confín; antes era el centro del universo, el axis mundi, un ojo cósmico por donde los dioses nos veían. El Likankapur era un dios. Un dios monumental, como la montaña misma.
 
Hace décadas nomás, un hombre inquieto lo vio erguirse invencible. A sus hijos les contó la historia de un volcán inverosímil, un sueño que se levanta altivo al final de una meseta de piedra infinita, al borde del cielo. Uno de ellos, Alfonso Barrero, mi hermano en el desgarro, fue a buscarlo con su cámara fotográfica. Tomó esa imagen que siempre me ha conmovido. Hace años me regaló una copia en papel que guardo como un tesoro. Ayer me envió la misma imagen por esta vía, bendito formato JPEG. No pude evitarme, viejo: a tu nombre, abro el cofre, y la lanzo a rodar por la red¡
 
¡Qué el mundo se conmueva con el Likankapur! ¡Que el Likankapur vuelva a reinar, vuelva a protegernos, aunque sea el momento en que tú veas la fotografía! ¡Tata Likankapur! Te invoco, te pido, te ruego: ¡qué sea en enhorabuena! La eternidad que se congela para brindarte un puñado de dichas… No has visto todo. El Likankapur te está esperando. Pero, vamos, tienes una vida por delante para verlo. Tienes una vida en tus manos para sentirlo. Tienes una vida: tu vida.
Pablo Cingolani              Febrero 2006

Jaime Saenz acerca del Monumento al Altiplano




Monumento al Altiplano Maritimo Boliviano
La Aduana de Mejillones

domingo, 7 de febrero de 2010

Vólcan Licancabur, Jaime Saenz, Guillermo Bedregal, los Talleres Krupp y el mar Boliviano

 La imagen captada fue un encuentro con su poema empiezo a visitarme y de verdad quedar fuertemente impresionado al ver que existen tantas similitudes con mi vida reflejadas en ese encuentro fue cuando ascendí a la cumbre del Volcán Licancabur para colar la tapa de la obra LA PIEDRA IMAN de nuestra editorial “Huayna Potosí” el mismo día que salía de la Imprenta en La Paz, era diciembre de1989.
     Por lo tanto esta historia tiene un lado muy especial y se ata con todo lo que hacemos a lo ancho y largo en este trabajo por lo tanto también tiene un trato muy especial, es sabido que no existe acontecimiento espontáneo o aislado por ello buscamos siempre sus conexiones y relaciones entre sí de acontecimientos… 


Transcurrieron 9 años para que esta imagen y todas las que hacen este trabajo fueran presentadas en la GALERÍA DE ARTE SALAR el 9 de Octubre de 1998, llamada "A PROPÓSITO DEL ESPIRITU" en Homenaje a Grandes Señores del Espíritu: Jaime Saenz y Guillermo Bedregal, García-Valencia identificando sus poemas con imágenes (en mas de 80 paneles) sacadas bajo la luz poética de un mundo Metafórico donde esta reside y a la vez es real, por lo tanto son imágenes de un mundo tal cual lo encontramos (en ese entonces no existían las P.C., eran los inicios de este nuevo mundo).
También fue el detonador en todo mi accionar por años sin desfallecer para que este sueño exista dando inicio a la creación de la Fundación La Mina. Desde ese momento y con el trascurso del tiempo fueron sumándose y sucediendo muchos acontecimientos, enriqueciendo el trabajo en diferentes foros y escenarios (recorrido que también es descrito en este Blogger)

Saber con el tiempo que la magia existe a partir de una ILUSION, de un SUEÑO, para luego hacer un Plan y este definirlo en un Proyecto llevandolo al mundo físico, y una vez concretado este… se habrá logrado que la Magia nacida de la ilusión y de las ansias humanas sea parte de nuestro mundo, de lo cotidiano, son los motivos por lo que hoy lo lanzamos por la red y el mundo se emocione.
Para mí fue el 1er. causante de muchas emociones que hicieron posible la publicación de la obra de Guillermo Bedregal García-Valencia "Empiezo a Visitarme" dado que los responsables de la edición vieron se impresionaron por los textos sumadas a las imagenes que expusimos en Octubre del 98, fechas que se repiten en muchos planos y por su particularidad muy singulares...




Historia de una Imagen

La Historia de esta imagen cuyo origen se remonta al año 1975 fue recuperada hace pocos días atrás (6/agosto/2008) de un rollo de película 127 sacada con una maquina ZEISS IKON de propiedad de Jaime Saenz quien la compro en su viaje a Alemania el año 1937. La historia que se ata conmigo comienza a principios del año 1975 a pocos meses de la muerte de Guillermo Bedregal García-Valencia (el joven poeta muerto a mi lado a los 20 años de edad en un accidente automovilístico octubre/1974).
Hoy pienso que él con su muerte me regalo a un amigo entrañable y maestro sin par Jaime Saenz desde ese entonces conocí de cerca la metafísica, la poesía, de las ciencias de la mecánica de las cosas, a su vez a tener paciencia para componer y arreglar lo que fuera que sea en los talleres Krupp. Y con el tiempo saber que la magia existe a partir de una ilusión, de un sueño, para luego hacer un plan y este definirlo en un proyecto para llevarlo al mundo físico, y una vez concretado este… se habrá logrado que la magia nacida de la ilusión y de las ansias humanas sea parte de nuestro mundo, de lo cotidiano. Por lo tanto con Jaime Saenz la palabra Imposible fue borrada del Diccionario como rezaban los estatutos de los Talleres Krupp creado por el.
Mi primer trabajo fue revelar un negativo que Jaime saco junto con Guillermo la noche de San Juan de 1974. Imágenes que fueron muy sorprendentes, una de ellas fue años después la carátula del libro “Ciudad desde la Altura” de Guillermo Bedregal García-Valencia
Un día de ese mismo año Jaime me entrego un rollo de película sin revelar de la misma maquina para que lo haga en mi laboratorio, sin embargo dado que yo contaba con una canon con un lente 0,95 mas sensible a la luz que el ojo humano nos olvidamos de su cámara y echamos al olvido dicho rollo. Y con los años desaparecieron los ácidos, los papeles y todo lo que fue una época, aparte de la suposición de que el rollo ya estaba velado dado el tiempo transcurrido.
Sin embargo por curiosas o extrañas coincidencias y un encuentro con Francisco Cajías quien sin mas llevo su equipo y ácidos fotográficos a mi casa pudimos recuperar del tiempo la imagen que hoy presentamos en la XIII Feria del Libro como un saludo de Jaime Saenz en el tiempo… que viniendo de él de ninguna manera nos sorprende.

Alfonso Barrero Villanueva          
La Paz, 16 de agosto del 2008
 
Nota:
Nuestro interés se centra en la publicación de la obra “Volcanes y Mineros, Héroes y Poetas”. Temática aplicada como columna vertebral en el proyecto que lleva adelante la fundación la Mina: “Cultura en el Espacio” Planeación, Región e Integración, en una Perspectiva Geográfica e Histórica, cuyas raíces constituyen la base del Patrimonio Cultural. Vinculado estrechamente con el diseño espacial arquitectónico de la Unidad Ecohumana Ambiental de Aguas Calientes en el extremo SO de Bolivia.